viernes, 26 de octubre de 2012

"También hay flores en Otoño" - José María de las Heras


No hay nada mas bello, que lo que nunca he tenido,
Ni nada más amado que lo que perdí.
(Del poema de Goytisolo)

Al igual que  las estaciones del año, las personas vamos pasando etapas de nuestra vida, en el mismo orden cronológico que el tiempo. Todo está interrelacionado, no hay lugar para la evolución desordenada; primavera, verano, otoño… Los que hemos llegado a esta estación maravillosa, donde los colores ya no son tan estridentes, los ocres, amarillos en los árboles de las riberas, no tienen el verdor del tiempo pasado, los colores vino rojo, en las vides, nos advierten, que hay que despojarse de la belleza estacional que nos proporcionó la primavera. Las primeras lluvias aparecen, empezando a dar frescura a una tierra seca, después de un verano donde el sol con su fuerza a veces desmedida, nos ha dejado un tanto exhaustos de la actividad de esos días largos y calurosas y de noches donde es difícil conciliar el sueño, hasta que no llega el frescor de la mañana. El otoño puede resultar un alivio.

Lo  cierto es queramos o no, nuestra estación en el tiempo es el otoño, por los años vividos, y sin lugar a dudas es una época de nuestra vida privilegiada, al menos en esta parte del mundo (y para los que la salud les acompaña).

No tenemos las prisas del  niño que quiere hacerse mayor. Tampoco la del joven buscando su espacio en la sociedad, por cierto, nada fácil y a veces solo posible con la perspectiva de una vida por delante,  en esos años donde nada se te pone por delante y la mezcla de imaginación y falta de prejuicios, hacen que las cosas  imposibles sean posibles. La búsqueda o no de buscar pareja para crear una familia, tener o mantener un trabajo, con el que hacer frente a las necesidades diarias.

Con la llegada de nuestro “otoño” las  cosas se ven con la tranquilidad  y sin los apuros en el tiempo de años pasados, el pasado esta ahí, el presente es el día a día, el futuro; ¿Quién tiene seguro el mañana?

Como digo, llegado a los primeros meses del otoño de mi vida, recuerdo sin ninguna nostalgia, el momento en que decidimos casarnos mi mujer y yo, (bendita y temeraria inconsciencia la nuestra), cuando acabamos la boda miramos en todas direcciones y con una maleta cada uno en la mano nos preguntamos  para que lado deberíamos tirar. Cualquier lado habría sido bueno ya que mas que ropa, nuestras maletas iban llenas de la ilusión de emprender una vida juntos y eso mueve montañas, para los que se pregunten si cojimos el punto cardinal adecuado les diré sin ninguna duda que sí, porque ni a nadie llevé ni nadie me llevó, fuimos de la mano.

Decía la gran Rocío Jurado en una de sus canciones, “ninguna flor duró dos primaveras”, pero en el otoño también crecen flores y serán flores maravillosas si las cuidamos.

José Mª de las Heras.
Quintanilla de Arriba

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Fotografía extraída de: jardinplantas.com

1 comentario:

  1. ENHORABUENA me ha gustado mucho "También hay flores en Otoño" lo has descrito con mucho sentimiento y hondo mensaje.Y en el final no pude contener la risa con la maleta, porque te entendí perfectamente, creo que por aquellos tiempos íbamos la mayoría igual, sin dirección con una mano delante y otra detrás.

    Eva.

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