sábado, 25 de enero de 2014

¿Cómo lograr un envejecimiento óptimo?.

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Fotografía por Ford Buchanan
  Schaie y Willis (2003) son los autores del libro de Psicología de la edad adulta y la vejez, un texto básico para todo aquel que se haya introducido al mundo de la gerontología. En su capítulo con el título de la vejez hay un apartado que se refiere al envejecimiento óptimo y aquí presento los principales elementos que lo conforman.
  ¿Cuál es la diferencia de una persona que envejece de manera óptima, activa y saludablemente frente a una que sufre de graves deterioros en esta etapa? Una pregunta muy compleja y cuya respuesta sigue siendo objetivo de investigaciones actuales, sin embargo, aquí algunas recomendaciones:
  • Buscar nuevas estrategias. Durante el proceso de envejecimiento se deben construir soluciones alternativas para equilibrar las pérdidas que implica este proceso.
  • Ahorrar. Tener un plan para la jubilación es esencial porque permitirá tener resueltas (al menos en parte) las necesidades económicas y de salud que se puedan presentar.
  • Cultivar amistades. Mantener el contacto social es imprescindible para un envejecimiento óptimo.
  • Fomentar hábitos saludables. Los hábitos de alimentación, ejercicio físico y estimulación intelectual traerán beneficios importantes para la salud de las personas mayores (y prácticamente a cualquier edad).
  • Estudiar continuamente. Para mantener hábitos de salud adecuados es necesario estar informados de los beneficios que estos otorgan y para ello es indispensable estudiar continuamente.
  • Desarrollar habilidades de solución de conflictos. Por ejemplo que sirvan para manejar el estrés o el enojo, para enfrentar las pérdidas que se presenten durante el curso de la vida y para cambiar a actividades de ocio de bajo impacto físico.
  • Adaptarse y moverse. Es natural que durante el proceso de envejecimiento se pierdan familiares y amigos, lo importante es poder renovar estos círculos. Esto no significa negar el duelo sino convertirlo en un proceso sano.
  • Trabajar un autoconcepto positivo. La forma en que me veo a mí mismo es primordial, no se trata de generar falsas expectativas de mi rendimiento físico o mental sino de aceptar mi realidad y estar conforme y satisfecho con las cosas que no puedo cambiar, luchando por favorecer las que sí se pueden modificar.
Bibliografía.
Schaie, K., y Willis, S., (2003) Psicología de la edad adulta y la vejez. (5ª edición). Pearson. España. (pp. 109-111).
Nota importante.
Las actividades e información que se presentan en este sitio de internet no sustituyen la consulta de un especialista en el área. Si desea una consulta personal haga clic en el botón contacto o escríbeme a christian.nunez@adultosmayoresqro.com

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