El diseñador tiene el deber moral y ético de mejorar la calidad de vida de la gente, de los usuarios. Es algo que ya sabemos, no se discute. Pero para poder hacer eso es necesario que cada ves más tenga mayor conocimiento de las personas a quienes quiere ayudarles a mejorar su calidad de vida.
El diseño para la demencia requiere de conocimientos profundos sobre la demencia, y los tipos de esta.
En el caso del Alzheimer sabemos que los sentidos del gusto, tacto y olfato no se pierden, es por ello que si hablamos del diseño de una cocina para personas con Alzheimer tenemos que destacar el uso de estos sentidos, algo que se da muy fácil en una cocina, el generar un ambiente que realmente luzca y huela como una cocina, olvidémonos del minimalismo y de las cocinas industriales, pues estos conceptos se abstienen de utilizar estos sentidos a su máxima potencia. Pensemos en una cocina tradicional, dónde el aroma del pan recién horneado permanece por horas.Pensemos en los instrumentos de cocina que los mayores utilizaron en su juventud, pensemos en las teteras, las estufas y las sartenes. Pero nunca olvidemos la seguridad, todo tiene que evitar accidentes, pero no debe de “verse” toda la seguridad existe, pero está “oculta” a los ojos de la persona con demencia.
El diseño tiene un papel fundamental por jugar, en la vida de las personas con demencia.
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