sábado, 17 de enero de 2015

LA EXPERIENCIA.

Hace pocos días, ofrecía un canal de televisión, una entrevista a un cantautor muy famoso, y con años de experiencia en los escenarios, en la que le preguntaban, entre otras cosas, que era para el la experiencia.
La respuesta fue la siguiente: Dice un amigo mío, que la experiencia te sirve, “lo mismo que a esa persona calva, a la que la regalan un peine”.

Yo creo que los años, no nos dan autoridad para nada. No somos lo suficiente sinceros por lo menos en mi caso, para reconocer, que el tiempo lo único que te da es, años vividos y la posibilidad de acumular saberes de todo tipo, si uno ha sido capaz de asimilar, lo bueno o malo que ha pasado por delante de nosotros y no por ser mayores, que lo queramos o no, casi nunca sirve para otros.
Dice el refrán que nadie escarmienta en cabeza ajena, cada uno vivirá lo que le corresponda, aunque es cierto que algunas palabras dichas en el momento oportuno, por personas que sabes que te quieren, y en las que confías plenamente, como son los padres o maestros, nos servirán de guía en muchos momentos de nuestra vida.
El legado que uno deje sobre la tierra, no es de jóvenes ni de mayores, si no de personas, que dentro de las capacidades con que cada uno cuenta, y que ha sabido cultivar, recoger y mejorar, de los conocimientos que otros, nos han ido trasmitiendo a través del tiempo.
He conocido personas, con un ansia infinita de aprender y otras en la que su respuesta favorita era; a mi no me pagan por pensar. Así que imagino, sin que me paguen por ello, que la aportación a la sociedad y a sus propias familias, de unos y otros no será nunca la misma, ya seas jubilado con contrato de relevo, jubilado entero con medalla de oro por años de servicio o medio pensionista.
Llegado a este punto de mi vida, en realidad no se lo que mi mujer y yo, hemos trasmitido a nuestros hijos, desearía que entendieran, cual es importante y lo accesorio, la capacidad de adaptación a las diversas circunstancias, en el amor y el trabajo y la salud, el resto se nos dará por añadidura.
Después de estas parrafadas inútiles, se me ocurre una cosa, por aquello de las discrepancias. Con tus razonamientos muy respetables y los míos no menos, tú te quedas con los tuyos y yo me quedo con los míos.

Pocholo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario