lunes, 23 de marzo de 2015

Síndrome de inmovilidad.


Empecemos por definir a grandes rasgos la inmovilidad: “es la incapacidad de movimiento, que puede ser temporal o permanente”. Se puede generar de forma aguda (accidente) o crónica (proceso degenerativo).
Se asocia generalmente a adultos mayores de 70 años, debido a que con el paso de los años empiezan a presentarse ciertas dificultades para realizar actividades físicas, esto es, poca tolerancia al ejercicio en algunas personas por problemas respiratorios o cardíacos; existe  disminución de la fuerza hasta del 15% y atrofia muscular; disminución de la elasticidad,  e incluso pérdida de los reflejos posturales; alteración en la coordinación; alteración del sistema vestibular que genera falta de equilibrio;  alteraciones a nivel auditivo y de la visión, provocando que las personas se sientan inseguras y/o torpes lo que imposibilita la deambulación independiente. Pero, aunque este síndrome no es necesariamente exclusivo de esta población, ya que personas más jóvenes que están en cama durante  tiempo prolongado por determinada circunstancia pueden padecer algunos trastornos asociados a este síndrome, en el adulto mayor se complica por lo antes mencionado.
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Se estima que a partir de los 65 años de edad,  18% de las personas llegan a presentar problemas para moverse de forma independiente.
Después de los 75 años, más del 50% de las personas tienen problemas para desplazarse solos fuera de casa y un 20% de ellos queda confinado a estar en casa.
La gravedad del asunto radica en que hasta un 50% de los adultos mayores que presentan inmovilidad de forma aguda, llegan a fallecer en un período aproximado de 6 meses.
Causas principales
  • Accidentes: caídas por fracturas o pérdida de equilibrio,  choques en vehículos, etc.
  • Enfermedades neurológicas como Parkinson, accidente cerebrovascular, demencia senil y Alzheimer.
  • Enfermedades reumatológicas, que llegan a producir deformidad y provocan dolor intenso.
  • Enfermedades metabólicas como la diabetes, que se asocia a neuropatías periféricas.
  • Sobrepeso/obesidad.
  • Depresión/ falta de motivación.
  • Trastornos de la marcha.
  • Vértigo posicional.
Problemas a consecuencia de la inmovilidad
  • Atrofia muscular y ligamentaria, generándose fibrosis y contracturas musculares, así como alteración en las cápsulas articulares.
  • Afectación de la movilidad articular, llegando a presentarse incluso anquilosamiento.
  • Osteopenia/osteoporosis.
  • Hipotensión postural (disminución de la presión arterial al ponerse de pie).
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  • Alteración de la circulación venosa, principalmente en miembros inferiores, provocando várices, tromboflebitis.
  • Alteración de función respiratoria por mala ventilación, ocasionando que se acumulen las secreciones por dificultad para expulsarlas, generando infecciones que pueden producir neumonía.
  • Problemas gastrointestinales: estreñimiento, hemorroides.
  • Problemas genitourinarios, ya que el vaciado incompleto puede llevar a infecciones y a incontinencia.
  • Úlceras por presión, sobre todo en salientes óseas, y por disminución de la circulación en el área, por exceso de presión en esa zona.
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  • Alteraciones psicológicas, la enfermedad influye directamente en el estado anímico.
inmovilidadEncontré un artículo donde proponían que no se llame más síndrome de inmovilidad, sino de dismovilidad que podría definirse como “la molestia, dificultad o imposibilidad para movilizar partes del cuerpo y/o trasladarse secundario a situaciones patológicas diversas de origen biológico, síquico, social, espiritual y/o funcional, que afecta la calidad de vida y/o que tiene riesgo de progresión (Dinamarca, 2003)” ……Y estoy totalmente de acuerdo. No existe ni debe existir la inmovilidad como tal. No debemos permitir que las personas permanezcan totalmente inmóviles (habiendo excepciones, de acuerdo a la condición o estado crítico que presenten en cierto momento, por supuesto ) porque el movimiento es vida.
Nuestra función como fisioterapeutas es evitar que se presenten estas complicaciones dentro de lo posible, generando conciencia en el personal de la salud y personas cercanas que está en contacto directo con estos pacientes (incluyéndonos así como médicos y personal de enfermería, cuidadores, familiares, etc.) de la importancia de promover el mantenimiento de forma óptima de los pacientes en esta situación.
Plan de tratamiento
Una vez determinado el diagnóstico y la causa de la dismovilidad, se procederá a planear el tratamiento adecuado a cada paciente, el cual básicamente debe incluir:
  • Interconsulta con los médicos responsables (en este caso, puede ser el geriatra, neurólogo, ortopedista o internista) para estar seguros de no afectar al paciente.
  • Orientación a los familiares/enfermeros/cuidadores para que ellos estén conscientes de la importancia de movilizar al paciente, y que ayuden a hacerlo, en caso de estar en cama en casa o en el hospital.
  • img258032sElaboración de programa de movilización pasiva o pasiva asistida cuando el paciente presenta dificultad para moverse por si mismo; o bien, de ejercicios de forma progresiva en caso de que el paciente si pueda ayudar o pueda realizarlos por si mismo.
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  • Buscar ayudas técnicas en casa (adaptaciones para moverlos más fácilmente en la cama o silla, por ejemplo) así como uso de silla de ruedas, reeducación de la marcha si es posible con ayuda de andadera o bastones, para facilitar la deambulación.
  • 4588489Colchones especiales, evitar puntos de presión en salientes óseas, movilización de tejidos blandos, lubricación de los tejidos, así como cambios de posición constantes para evitar la formación de úlceras o escaras.
  • Ejercicios respiratorios y manejo de control de esfínteres, o cuidados especiales, para evitar dentro lo posible las infecciones.
  • Es muy importante trabajar de forma interdisciplinaria, ya que muchas veces necesitaremos consultar a un nutriólogo para la correcta alimentación e hidratación del paciente, ya que el paciente puede estar desnutrido, o al contrario, presentar obesidad y necesitamos que este en condiciones óptimas para que responda mejor al tratamiento de rehabilitación.
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  • También otra parte de nuestro papel es motivar al paciente y muchas veces es necesario  buscar apoyo psicológico tanto para el paciente como para los familiares, para ayudar en estados depresivos o de discapacidad, porque es fundamental que el paciente esté equilibrado física, emocional y mentalmente, dentro de lo posible, para obtener mejores resultados.
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El ejercicio y la recreación son importantes.
Por: Lic en T.F. Ivonne MartÍnez
Fuentes consultadas:
“Síndrome de inmovilidad en el adulto mayor: orientaciones en su rehabilitación”  Dra. Susan Hierrezuelo Cortina, Dra. Ludmila Brenes Hernández.
“Reconceptualización del síndrome de inmovilidad” Dr. José Luis Dinamarca Montecinos. Hopsital Geriátrico de Limache.

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